martes, 26 de octubre de 2010

EL ABC DE LAS EMOCIONES

Pensemos por un momento la importancia que las emociones tienen en nuestra vida cotidiana y nos daremos cuenta que muchas veces marcan todas nuestras decisiones casi sin percatarnos. Estas emociones se generan a partir de PENSAMIENTOS, los cuales se dan de manera automática como si fueran un “rayo”, sin que seamos lo suficientemente conscientes de ello, algunos de estos pensamientos pueden ser racionales y nos ayudan a sentirnos bien, y otros pueden ser irracionales, poco lógicos, de tendencia extremista, exagerados o excesivamente exigentes para con nosotros mismos y los demás, lo que nos provoca una serie de sentimientos poco saludables tales como ansiedad, culpa, tristeza, ira etc.
Pero qué pasa, normalmente creemos que son las situaciones las que nos provocan las emociones y nos llevan a actuar de determinada manera, entonces decimos “tú has hecho que me enoje”, ”pero cómo quieres que reacciones después de lo que me hizo, “si te portaras bien yo no me molestaría” etc., es decir, atribuimos la responsabilidad de nuestras acciones a los demás en vez de asumirlas de manera responsable.

Entonces, aprendamos a SENTIR de manera más equilibrada, PENSANDO antes de actuar.
Porque la manera como YO PIENSE, será la manera como YO SIENTA; y como yo me sienta será como YO ACTÚE.

El pensamiento es determinante en la emoción humana, y está interrelacionado con nuestros sentimientos y conductas, de modo que los cambios en una de esas áreas, producirán cambios en las demás. Si las personas cambian el modo en que piensan acerca de las cosas, el mundo o en sí mismos, sentirán de modo diferente por lo tanto se comportarán de diferente manera.

Para ello, el primer paso es dejar de atribuir a los acontecimiento externos la responsabilidad de lo que ocurre dentro nuestro. Los eventos influyen, es cierto, pero no en su totalidad, la diferencia está en COMO AFRONTEMOS las situación.
El desarrollo de habilidades emocionales nos permitirá pensar de manera más racional, manejar apropiadamente nuestras emociones cuando estemos con nuestro hijos, respetando y comprendiendo sus sentimientos, regulando nuestras emociones a la hora de actuar, teniendo un comportamiento más saludable, funcional y conveniente para el logro de metas, pero sobre todo, nos ayudará a ser un modelo emocional y referente que nuestros hijos necesitan para dirigir su vida de manera constructiva.

Algunos consejos:
  • Recuerda que nuestra condición humana nos hace imperfectos, por lo tanto no podemos aspirar a ser “padres perfectos” sino aceptar nuestras limitaciones y estar disponibles para nuestros hijos, aceptándolos tal como son, aprendiendo a sobrellevar nuestros y sus errores.
  • Y como no hay padres perfectos, tampoco hay hijos perfectos. Es decir, si nuestros hijos no son los mejores alumnos, no son los más educados, no son los mejores bailarines, no son los que destacan más en los deportes, etc., no tenemos porqué sentirnos culpables, ni mucho menos hacer que cumplan con nuestras expectativas para sentirnos felices o realizados como “buenos padres”.
  • Nuestros hijos no vinieron con un manual de instrucciones, por lo tanto, la relación con ellos la vamos a ir construyendo en el día a día, a través del error y los aciertos y poco a poco cada padre o madre irán elaborando sus propias estrategias desde sus propias posibilidades.
  • Ten presente que a pesar que en algunas circunstancias puedes tener algunas emociones desagradables, trata de que estas sean esperables, lógicas y proporcionales a la situación.
  • Como padres, aprendamos a comprender las necesidades de nuestros hijos, aunque no podamos satisfacerlos en todo, esto implica que en lo posible, tratemos de saber equilibrar, firmeza, ternura, afecto y razón, para que nuestros hijos crezcan con responsabilidad y seguros de sí mismos.
  • Recuerda que somos dueños de nuestras emociones, por lo tanto estamos en la libertad de tomar los acontecimientos de la vida a la ligera, con moderación o bien de manera catastrófica, de cualquier modo nosotros elegimos.

“Nadie es libre sino tiene el dominio de sí mismo”

lunes, 11 de octubre de 2010

Desarrollo de la atención en los Niños

Aprender es aquel proceso mediante el cual adquirimos determinada información y luego la utilizamos cuado la necesitamos. Este aprendizaje puede ir desde un concepto hasta la utilización de un instrumento. Sin embargo, para poder adquirir dicha información, necesitamos prestar ATENCION a través de nuestros sentidos para poder luego procesarla y almacenarla en nuestra memoria.

¿Cuándo un niño empieza a prestar atención?
Desde los primeros momentos de vida, un niño debe empezar a prestar atención a todo lo que le rodea: oyendo, viendo, tocando y sin distraerse. Es decir, su vida será un constante ejercicio de atención que deberá ser mediada por los adultos que lo rodean para que esta capacidad se potencie con la práctica.

Pero pasa que a veces, nosotros con el afán de querer “estimular” a nuestros hijos en esta tarea lo llenamos de estímulos que, lejos de estimularlo lo que generamos es distracción, aburrimiento y rechazo por parte de ellos y enojo y frustración por parte de nosotros “porque él no quiere prestar nuestras indicaciones”, entonces perdemos la paciencia y terminamos gritándole, poniendo mala cara y haciendo de ese momento algo desagradable para ambos.
Para ayudar a un niño en sus tareas o para aprender cierta destreza, hay que tener PACIENCIA, es decir no sentirnos mal cuando no logra las cosas tan rápido como nosotros queremos que lo haga y sobretodo CONOCER su ritmo de aprendizaje, considerando sus edad de desarrollo y características individuales.

Ahora, para hablar de tiempos y en consecuencia de horarios, hábitos y rutinas, tenemos que partir de lo que se considera "tiempo del niño". ¿Qué quiere decir esto? Pues que debemos CONOCER el tiempo que necesita cada niño para su auto-estructuración emocional, cognitiva (aprendizaje-pensamiento) y social para pasar de un aprendizaje a otro nuevo. El respeto a ese ritmo, es la premisa fundamental para iniciar cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje.

Tiempo de atención promedio de los niños según la edad:
0 a 1 año 2 a 3 minutos
1 a 2 años 7 a 8 minutos
2 a 3 años Hasta 10 minutos
3 a 4 años Hasta 15 minutos
4 a 5 años Hasta 20 minutos
5 a 6 años Hasta 25 minutos

Las necesidades biológicas del niño son las que marcaran en un principio, los ritmos y frecuencias necesarios para su orientación en el tiempo: el alimento, los cambios, los sueños, son las primeras pautas y las primeras referencias en el niño. De estas primeras pautas de tipo orgánico, se irá pasando progresivamente a otras de tipo social, (marcadas por nosotros), que tendrán que tener un ritmo estable, para que a partir de esta estabilidad empiece a diferenciar los distintos momentos del día, lo que le permitirá recordar, prever y anticipar los que vendrá después, así poco a poco irá interiorizando una “rutina” que le formará el hábito.

No nos esforcemos por sobre estimularlos, pues cualquier exceso por encima de lo permitido, no nos dará resultados positivos, al contrario, podría causar un efecto nocivo y perjudicial en el niño, por sobrecarga de excitación que excede la capacidad funcional de sus neuronas. Esto no quiere decir que a un niño entre 3 y 4 años solo se le puede estimular 15 minutos al día, quiere decir que por cada actividad de estimulación puede durar máximo este tiempo, dando un tiempo para el relax entre una y otra.

Por otro lado, también debemos tener en cuenta que esta estabilidad en el ritmo, no debe confundirse con rigidez, es decir, con una excesiva división del tiempo como si nuestros hijos fueran unos robots, ni tampoco crearles una extensa rutina durante todo el día para la estimulación, también hay que darles tiempo y espacio para el descubrimiento y exploración natural.

Aquí lo importante es la calidad, no la cantidad de estimulación, es decir no debemos olvidarnos de prestar atención a lo afectivo, a lo motor, la formación de hábitos, la motivación y organización de conducta, etc. Es en las rutinas donde también estamos enseñándole límites y autocontrol.

ALGUNOS CONSEJOS PARA MEJORAR LA ATENCIÓN EN LOS NIÑOS

Si nota que su hijo tiene alguna dificultad, o así se lo dijeron en el nido o colegio, es importante que acuda a un especialista para descartar cualquier problema o deficiencia visual o auditiva o de otro tipo que puede estar influenciando en su atención. También determinará si su presta mayor atención al estimulo visual, auditivo o táctil y explote esta potencialidad.

Estimúlelo a terminar lo que ha comenzado, inclusive pueden premiar las conductas en las que demuestre constancia y concentración. No se recomienda castigar al niño ni retarlo por distraerse.

  • Como ya saben, es importante darle al niño un ambiente de cariño y estabilidad, por lo cual deben tener horarios y cierta regularidad en las actividades como comer, dormir, ver televisión, realizar tareas, etc.
  • Adapte la exigencia de la tarea a su capacidad de atención y control, estructurando la tarea en tiempos cortos (tampoco podemos dejarles todo el día para que realicen una actividad sencilla).
  • Refuércelo cuando está trabajando, pero el esfuerzo más que el logro. Los niños con una atención dispersa necesitan ser reforzados con mayor frecuencia y en la situaciones que prestan atención, para ir consiguiendo que estos pequeños tiempos vayan aumentando.
  • Comparta la lectura. Llévelo a las bibliotecas y librerías para inculcarle el amor por los libros.
  • Permítale que ayude con tareas sencillas.
  • Sea claro y consecuente a la hora de disciplinarlo. Sea modelo de la conducta que espera de él y recuerde que disciplina no es castigo es enseñarle a tener cuidado, respeto y responsabilidad.

Hay tantas cosas que podemos hacer con nuestros hijos. Nosotros como padres estamos en el mejor lugar para ayudarlos a adquirir conocimientos sin dejar de lado su mundo emocional para que puedan enfrentarse a la vida con éxito.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Cómo enseñar a Estudiar a Nuestros Hijos e Hijas


Elisa Miranda psicóloga educativa y amiga, esta semana colaboró con nocostros dándonos algunos consejos para tener en cuenta a la hora de ayudar a nuestros hijos e hijas a la hora de estudiar, que van desde la organzación del material y lugar de estudios, hasta las estrategias de aprendizaje. Aquí sus recomendaciones:

Tener éxito en la escuela es uno de los objetivos que los padres desean que sus hijos alcancen. Sin duda la inteligencia ayuda, pero no es decisiva. La motivación y las técnicas de estudio pueden hacer la diferencia y permitir que logren buenos resultados en base a esfuerzo y dedicación.
A continuación les brindamos algunas ideas para tener en cuenta antes de ponerse a estudiar; así lograremos ser más eficaces en los estudios:
  • El horario de estudio particular es algo muy personal que cada alumno debe confeccionar y tenerlo siempre a la vista, en el lugar donde estudia. Recuerde que hay tiempo para todo: estudiar, jugar, tomar alimentos, etc.
  • Estudiar siempre a la misma hora permite que el hábito de estudiar se consolide.
  • Preparar un lugar cómodo para estudiar. Que tenga luz y ventilación adecuada, libre de estímulos distractores como música, TV, ruidos, etc.
  • Enseñarle a organizar sus materiales y lugar de estudio.
  • Mantener los libros y materiales en orden y en un solo lugar, para evitar la pérdida de tiempo buscando lo necesario para cada tarea. Las emociones negativas que se derivan del desorden hacen que el alumno/la alumna experimente conductas que interfieren en su desarrollo personal, académico y profesional (ansiedad, falta de motivación).
  • Asistir a clases, estar atento(a) y seguir las instrucciones de la profesora.
  • Evitar faltar por motivos injustificados, ya que perjudican el avance académico.
  • Anotar las tareas, trabajos y exámenes en la agenda, permite una mejor organización en la planificación de trabajos. Evitar la acumulación o sobrecarga de trabajos en fechas claves.
  • Cumplir con todas sus responsabilidades.
  • Una vez que ya se tiene todo organizado para empezar a estudiar (horario, lugar, orden, etc.) es importante que cada alumno(a) elija la estrategia de estudio que mejor se acomode a sus características y al curso a estudiar.

ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE
La forma cómo se estudia cada curso, depende de la naturaleza de su contenido. Hay una serie de secuencias que se pueden seguir para ir incorporando de manera efectiva la información que nos brindan, pero hay que tener en cuenta que se debe llegar hasta la última fase que es la comprobación, que es donde se determinará qué parte se debe continuar repasando.

Pre-lectura: Consiste en una lectura rápida del material a estudiar.
Lectura Comprensiva: Volver a leer tratando de comprender las ideas principales de cada párrafo. Para ello podemos emplear el subrayado o las notas al margen.
Resumen: Escribir con sus propias palabras lo que se entiende de cada párrafo. Un recurso útil es confeccionar fichas.
Esquemas: Permite visualizar toda la información de un modo ágil. Empleando gráficos y dibujos que permitan asociar con facilidad el contenido con la presentación visual.
Repaso: Revisar el material de estudio, enfocándose en aspectos principales del texto. Diariamente repasar lo realizado en clase para ir fijando gradualmente los contenidos.
Comprobación: Realizar y responder a preguntas orales y/o escritas simulando un examen para comprobar si está reteniendo la información.

IMPORTANCIA DE LA MEMORIA
Con frecuencia escuchamos frases como “me olvidé el cuaderno” “no recuerdo qué tenía que hacer” “pensé que lo había guardado en mi mochila” Son algunas frases que revelan distracción, es decir, que no se puso todos los sentidos en las actividades y en la organización del trabajo.

Algunos consejos para mejorar la memoria:

  • Confeccionar una lista con todas las actividades a realizar y empezar por las más urgentes o difíciles.
  • Escribir notitas para sí mismo y colocarlas en un lugar visible.
  • Usar la agenda, para anotar todas las tareas, exámenes, etc en el momento en el que lo indican.
  • Colgar un calendario en la pared y marcar las fechas importantes de presentación de trabajos, exámenes u otros sucesos. Ir tachando los días para no perderse.
  • Cambiar de mano el reloj u otro objeto, para recordar que debe hacer algo ese día.
  • Pedir a un familiar o compañero que lo ayude a recordar las fechas o sucesos más importantes.
  • Es importante destacar la necesidad de hacer un planeamiento semanal y crear un hábito, que favorezca la organización, pero también es importante la voluntad y el esfuerzo para lograr cambios y menos estrés.
Lic. Elisa Miranda Cuba
Psicóloga Educativa
Especialista en Problemas de Aprendizaje
y Nivelación Escolar

elisamiranda24@hotmail.com

Si quieren comunicarse con Elisa, pueden hacerlo a través del blog o escribirle a su email, ella atiende en Miraflores, Lima, Perú.

"Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber" (Albert Einstein)

viernes, 24 de septiembre de 2010

Competencias, Exigencias y Sobre-Exigencias Escolares. ¿Quién tiene el problema?

Esta semana, a través de las conversaciones que tengo con padres y madres de familia en diversos centros educativos (sobre todo de educación inicial), me enteré de algunas competencias que se les exigen a los niños, competencias que muchas veces no van de acuerdo al desarrollo neurológico, cognitivo y socio emocional normal, sin embargo, al parecer, las escuelas de hoy exigen que los niños rindan más allá de su verdadera capacidad, y me pregunto ¿en base a qué y para qué se elaboran esos estándares??? ¿Cuál es el objetivo?

Les doy algunos ejemplos de las preguntas que me hacen:
  1. “Dra. Usted hace terapia de lenguaje?? Tengo mi hijo de 3 años y medio que no dice la “r” y en el nido me han dicho que lo lleve a terapia.
  2. “Estoy preocupada porque mi hija todavía no sabe sumar y restar y la profesora me ha dicho que tiene que aprender porque van a dar examen de ingreso a colegios, yo le enseño y se confunde y ahora se está empezando a orinar” Pregunto: “cuántos años tiene su niña? Me responde: 5 años…
  3. “Mi hijo necesita terapia porque es un poco distraído, no pasan ni 20 minutos y ya se aburre”, “La mitad del salón está en terapia, es más, en el colegio tienen una lista de psicólogos y los mismos profesores hacen “nivelación”. Edad del niño: 4 años.

Responderé cada pregunta:

  1. Es NORMAL que un niño de 3 años y medio tenga dificultades en la pronunciación de la R, pues es la letra más complicada en pronunciar, seguida de la L y la D. Hasta los 5 años están permitidos los errores en su pronunciación, si después de esta edad no ha adquirido el fonema (letra) recién en ese momento recurriremos a un especialista (terapista de lenguaje/logopeda), sin embargo, podemos estimularlo con algunos ejercicios. Por otro lado, el fonema vibrante RR aparece de manera más tardía incluso puede aparecer alrededor de los 6 años.
  2. Para poder sumar y restar es necesario tener REVESIBILIDAD DEL PENSAMIENTO, término acuñado por Jean Piaget, psicólogo suizo, principal exponente del desarrollo de la inteligencia. El dice que entre los 2 a 7 años los niños tienen un pensamiento pre lógico, lo que significa que no son capaces de realizar operaciones mentales reversibles. Es decir, su pensamiento es en cadena ABC, quiere decir que no puede volver a atrás CBA, por lo tanto durante este tiempo le resultará difícil comprender la lógica de la suma y la resta, no se da cuenta que si 2+2=4, entonces 4-2=2. Entonces cómo así se le exige a una niña de 5 años que realice ejercicios de suma y resta y sobre todo que se le enseñe al mismo tiempo.
  3. El tiempo de atención de los niños se va INCREMENTANDO conforme avanzan en edad. Por ejemplo, durante un juego, un niño entre 2 a 4 años de edad se distrae 3 veces, mientras que un niño entre 5 a 6 años se distrae 1 vez. Por lo tanto, no podemos hablar que un niño de 4 años tiene déficit de atención si se distrae durante 2 o 3 veces durante 20 minutos, ya que es lo normal esperable. A esto se suma que, para captar su atención, es necesario que las actividades deben estar soportadas sobre material concreto y está demás decirlo, deben ser divertidas y novedosas.

Sería bueno respondernos la pregunta inicial ¿QUIÉN TIENE EL PROBLEMA?, el niño que no se adapta a las sobre-exigencias de los maestros o de algunos maestros que no se informan sobre el desarrollo normal del niño. Con estas sobre exigencias lo único que lograremos será estresarlo, aumentar sus niveles de ansiedad y vulnerar su autoestima.

El amor a los niños parte del respeto como individuo. Nuestra labor educativa debe estar encaminada a conocerlos y reconocerlos para poder brindarles un ambiente suficientemente sano donde puedan potenciar sus capacidades cognitivas, sociales y sobretodo las emocionales, respetando su individualidad y ritmo de desarrollo.

"Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad" (Karl Menniger)

"El mejor medio para hacer buenos a los niños es hacerlos felices" (Oscar Wilde)

Más información:
http://www.pitagoras.com.mx/pitagoras/didactica.html
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/002013.htm
http://www.guiainfantil.com/1205/la-atencion-y-la-concentracion-de-los-ninos.html

miércoles, 15 de septiembre de 2010

viernes, 10 de septiembre de 2010

Ansiedad y Miedo en la Infancia

“Se come las uñas, tiene tics, tartamudea, tiene miedo a quedarse solo, llora cuando me voy, tiene miedo a la oscuridad, no quiere estar con los amigos, etc., son algunas manifestaciones infantiles que causan preocupación en los padres.

Todas las personas alguna vez en nuestras vidas hemos experimentado ansiedad y miedo. En el caso de los niños puede ser hasta cierto punto positivo porque hace que se comporten de manera más segura. Por ejemplo, cuando un niño tiene miedo a cruzar la pista, evitará que cruce de manera imprudente la calle.

Ansiedad y Miedo
La ansiedad es una reacción emocional desagradable que se da ante la percepción de una amenaza y tiene como finalidad la propia protección. Se genera a partir de la valoración que la persona le da al hecho más que al hecho en sí mismo, es decir, lo que significa en su vida. En el caso de los niños, estos miedos pueden ser: miedo a ser abandonado, a perder a la persona amada, a la venganza, al castigo, etc.
Por otro lado, cuando la ansiedad se produce por estímulos específicos, estamos hablado de miedo. Algunos miedos pueden ser: miedo a los extraños, a la oscuridad, a algunos animales, a la alturas, a las interacciones sociales.
Tanto la ansiedad como el miedo son respuestas normales para enfrentar los peligros reales o imaginarios y la mayoría de los niños lo experimentan de manera transitoria pues están asociados al desarrollo. Los miedos más frecuentes son:

Conforme los niños van creciendo, los miedos pueden ir desapareciendo o también pueden ser reemplazados por otros.

Cuando los niños experimentan periodos largos de ansiedad y no se les presta la debida importancia, pueden perjudicar significativamente sus vidas y causar baja autoestima, problemas de atención, deterioro en sus relaciones sociales, ausentismo escolar, dificultad para adaptarse a situaciones nuevas, rituales, obsesiones fobias, trastornos de pánico, etc.

¿Cómo ayudar a un niño con ansiedad?
Nosotros como padres tenemos un rol importante para prevenir futuros trastorno de ansiedad. Podemos ayudarlos reduciendo los factores estresantes y potenciar sus recursos personales, aquí te damos algunos consejos:
  • Hablar con el respecto a lo que le preocupa y cómo se siente, sin obligarlo dándole el tiempo necesario para pueda expresarse.
  • Ser modelos de afrontamiento. Somos los principales referentes de nuestros hijos por ello, en la familia, debe encontrar un espacio donde se permita expresar los sentimientos en vez de ocultarlos, afrontar los problemas en vez de evadirlos.
  • Exponerlo gradualmente a la situación que le causa miedo o ansiedad y felicitarlo por sus avances.
  • Comprender los sentimientos de nuestro hijos. Por ejemplo el nacimiento de un hermano, la entrada al colegio, una mudanza, etc., pueden ser preocupaciones intensas para él, en ese caso no debemos minimizar lo que siente.
  • Hablar con él sobre todo aquello que tiene miedo y preguntarle qué es lo peor que puede pasar. Darle soporte y contención.
  • Potenciar sus recursos personales. Proveerle sentimientos de autoeficacia, es decir que él es capaz de resolver sus problemas, elogiando constantemente sus logros así nos parezcan pequeños, ya la autoeficacia está relacionada con la autoestima.
  • Proveerle amor incondicional. Aceptarlo tal como es, demostrándole que nos interesa lo que le pasa, aceptando sus limitaciones sin pretender que sea perfecto.
  • No sobreprotegerlo, la sobreprotección genera debilidad mientras la confianza y la responsabilidad promueven una autoestima positiva. En este sentido, el niño debe aprender de los errores para ser más asertivo y de paso, ganar autonomía.
  • No ser sobre exigente. Es decir que nuestras metas respecto a ellos estén basadas en la realidad y en sus propias capacidades, más que en nuestros deseos. Hay que animarlos a que hagan las cosas lo mejor que puedan y reforzar sus avances.
  • Evitar hábitos perfeccionistas: estudiar hasta altas horas de la noche o repetir muchas veces un trabajo hasta que esté perfecto no es saludable. Es conveniente establecer un horario y unos objetivos de estudio realistas.

Por último, si nos damos cuenta que la ansiedad de nuestro hijo se prolonga por semanas lo más adecuado sería buscar ayuda terapéutica.

“El miedo está siempre dispuesto a ver las cosas peores de lo que son”

Más: http://www.psicoterapeutas.com/pacientes/desensibilizacion.htm
TERAPIA COGNITIVA con niños y adolescentes. Aportes técnicos. Segunda Edición. E Burge, M. gomar, J. Mandil Editorial AKADIA. Bs.As. Argentina, 2010.

Si tu niño tiene este problema, búscanos.

miércoles, 18 de agosto de 2010

COMO ESTABLECER LIMITES EN EL HOGAR

“Mi hijo no me obedece, no quiere irse a dormir, no se deja poner la ropa, se molesta cuando le digo que guarde sus juguetes, no quiere apagar la televisión, llora si le digo que haga la tarea, no se quiere levantar, hace berrinches…” y la lista continúa. Son algunas de las demandas que tienen los padres cuando no saben cómo establecer límites a sus hijos.

Sin embargo, todos sabemos que para la educación de nuestros hijos, una disciplina eficaz es muy importante para que puedan interiorizar los límites. Esto quiere decir que nosotros como padres, debemos tener las habilidades necesarias para poder establecer las reglas con firmeza, consistencia y claridad para que nuestros hijos puedan seguirlas.

¿Para qué sirven los límites?

Los límites, al igual que el cariño son una muestra de amor y preocupación por nuestros hijos, puesto que les da seguridad y al mismo tiempo los protegen, esto quiere decir que el niño tiene que sentir que la autoridad radica en los padres para poder sentirse verdaderamente protegido.

En un principio somos nosotros quienes ponemos los límites, luego, esa voz exterior que recibe por parte nuestra, poco a poco se convertirá en aquella voz interior que lo ayudará a tener mayor autocontrol, regular su propio comportamiento y más adelante, tener la capacidad de decir no, cuando se vea involucrado en situaciones donde se le pida hacer cosas que no está de acuerdo.

Es importante señalar que cuando hablamos de límites nos referimos únicamente a la regulación de la conducta y no a los sentimiento que acompaña determinada conducta, dicho de otro modo, podemos decirle al nuestros hijo que deje de ver televisión y lo podemos lograr, pero lo que no podemos impedir sienta cólera o llore.


¿Por qué a algunos padres nos cuesta establecer límites?
Esto puede ser por diversos motivos, como por ejemplo:
  • Inseguridad respecto al cariño de nuestros hijos. Queremos ser aceptados por ellos y pensamos que poniéndoles límites los alejaremos.
  • Sentimiento de culpa por parte de los padres. Pasamos poco tiempo con ellos y queremos compensar esta ausencia permitiéndoles todo.
  • Poca energía para enfrentarnos con nuestros hijos. Estamos cansados y queremos lograr que hagan las cosas, entonces cedemos pensando que la próxima vez nos irá mejor.
  • Falta de respeto entre progenitores. Que se traduce en la desvalorización de la opinión del otro y la lucha constante por tener la razón, nos contradecimos y el niño no sabe a quién obedecer.
  • Poca paciencia. Nos exaltamos rápidamente y recurrimos a los gritos, al castigo o nos damos por vencidos rápidamente.
No nos sintamos mal si algún día nuestro hijo quiere desobedecer las reglas que ponemos. Eso es NORMAL, porque está probando hasta dónde puede llegar y cuál será nuestra reacción si es que no hace caso. Es justo ese instante la oportunidad para demostrar la consistencia y firmeza en lo que decimos y hacemos. Ya que si cedemos, nuestro hijo verá dudas y nos costará mucho que luego él pueda respetar las reglas. Esto no quiere decir, que debe en cuando podamos ser flexibles, adaptando las normas a la situación, edad y necesidades individuales de cada hijo.

¿Cómo Establecer Límites?
El primer paso es mostrar seguridad y firmeza. Lo que digo y mi expresión facial deben decir lo mismo.
  • Recordar que ser firmes no implica dejar de ser cariñosos. Mi tono de voz indicará cariño, mientras mi expresión indicará firmeza.
  • Dar instrucciones claras. Frecuentemente decimos “pórtate bien” “no hagas eso” “quiero verte bien limpio”, etc., todas esas instrucciones son inespecíficas, ya que tienen diferente significado para las personas. En lugar de eso, procuremos darles normas más claras y concreta: “coge mi mano para cruzar la pista”, “lávate la cara, los dientes y las manos”. Esto nos dará mejores resultados.
  • En algunos casos, darles a escoger entre diversas opciones, como por ejemplo elegir qué ropa quieren ponerse, qué fruta quieren comer. Esta libertad les enseñará que si es posible que puedan elegir, rediciendo las resistencias.
  • Reforzar las conductas positivas, así nos parezcan pequeñas.
  • Sancione la conducta y no al niño. En vez de decirle “eres un desordenado” le decimos “es hora de que arregles tu cuarto” La palabra de los padres es como ley para el niño, por ello debemos prestar atención a lo que decimos y evitar ETIQUETARLO.
  • Evite sobreprotegerlo, ya que es una forma de decirle “eres un incompetente” La lástima promueve la debilidad, mientras que la comprensión promueve fortaleza.
  • Evite lo NO. Los niños obedecen más cuando les decimos qué es lo que tienen que hacer en un tono amigable, en vez de decirles que es lo “no” tienen que hacer.
  • Evite decir “quiero que…” ya que con esto estamos creando una lucha de poder. Por ejemplo, en vez de decir “quiero que apagues el televisor en este momento” mejor es decir: “es hora de apagar la tele e irse a dormir”.
  • Surgiera alternativas aceptables por ejemplo “no te puedo dar el helado antes del almuerzo, pero te lo puedo dar después. De esta forma somos comprensibles con sus deseos y menos arbitrarios.
  • Explicar el porqué de las cosas de forma clara, corta y sencilla. Antes de dar una larga explicación que puede distraerlo, manifieste la razón en pocas palabras. Por ejemplo: "No muerdas a las personas. Eso les hará daño"; "Si tiras los juguetes de otros niños, ellos se sentirán tristes porque les gustaría jugar aún con ellos".
  • Controle sus emociones. Recuerde la disciplina es enseñar a los niños cómo comportarse y no podemos enseñarles un buen comportamiento si es que estamos alterados.
    Recordemos siempre que nuestros hijos son grandes observadores y aprenden por imitación, y son los padres y la familia sus principales referentes: sea un ejemplo a seguir.

"Educar a un niño es como sostener en la mano un jabón. Si aprietas mucho sale disparado, si lo sujetas con indecisión se te escurre entre los dedos, una presión suave pero firme lo mantiene seguro"

domingo, 8 de agosto de 2010

Fuerza de Voluntad y el Autocontrol

Cuando una persona logra algo en la vida a pesar de los contratiempos, solemos decir: Es que tiene “fuerza de voluntad”, es decir, consideramos que cuando alguien deja de hacer aquello que le gusta con tal de conseguir una meta es porque tiene “algo” llamado voluntad.
Esta frase puede ser un arma de doble filo, pues muchas personas suelen excusarse bajo esta afirmación cuando no pueden lograr lo que se proponen “es que no tengo fuerza de voluntad", es decir, aluden que no pueden controlar lo que les sucede, por lo tanto no tienen la culpa y no pueden hacer nada para remediarlo. ¿Quién entonces controla lo que nos ocurre?
Más allá de la fuerza de voluntad tenemos una herramienta muy poderosa para manejar nuestro comportamiento y conseguir nuestras metas, esta herramienta se llama autocontrol.
El autocontrol es una habilidad que nos permite dirigir nuestra propia conducta en el sentido deseado, aún cuando intervengan otros factores distractores. Por otro lado, la voluntad se refiere a la capacidad que nos impulsa a hacer las cosas que nos hemos propuesto, por encima de las dificultades, los contratiempos y del estado de ánimo. En otras palabras autocontrol y voluntad nos dota de la capacidad de tomar decisiones.
Citemos algunos ejemplos: Hablamos de autocontrol y voluntad cuando un niño se sienta a estudiar evitando ver la televisión, aún cuando están pasando su programa favorito, o cuando es capaz de postergar las ganas de comer esa torta porque habíamos quedado que lo haría después del almuerzo.
Las personas no nacemos con estas competencias, al contrario, la realidad nos muestra que somos por naturaleza impulsivos y expresamos nuestras frustraciones con rabia y desesperación. Sin embargo, a lo largo de nuestra vida, en el hogar y en otros contextos, vamos adquiriendo estas destrezas a través del seguimiento de modelos y cuando somos expuestos a situaciones que incrementaran nuestra tolerancia a la frustración y autoeficacia.
Por ello, nosotros como padres estamos en la obligación de brindar a nuestros hijos situaciones donde puedan entrenarse en la adquisición de estas habilidades, para que a posteriori, puedan gozar de una vida saludable y adaptada.
¿Pero cómo lo logramos? Conseguir que nuestros hijos sean ordenados, estudiosos, alegres, sinceros, responsables y perseverantes en lo que se proponen, no es algo que exija un esfuerzo increíble, por el contrario, es algo sencillo que lo podemos lograr en el día a día, aquí algunos consejos:

  • Seamos un modelo a seguir. Nuestros hijos aprenden más de lo que ven que de lo que les decimos. En este sentido, los padrea actuamos como modelo emocional y conductual.
  • Establezca rutinas y horarios en casa (horas de comidas, baño, dormir; tiempo de jugar, tiempo de esperar, etc.)
  • Inculque hábitos saludables, aún cuando no sean del agrado de su hijo. Estos son necesarios para la consecución del autocontrol y la voluntad.
  • Dele responsabilidades, a través de ellas empezará a confiar en sí mismo y plantearse nuevos retos cada día.
  • Que termine las tareas que inicia. No sienta lástima, en vez de eso, dele ánimos cuando algo se ponga difícil.
  • No lo llene de regalos innecesarios, al contrario, enséñele a esperar las recompensas. Este es uno de los mejores ejercicios para fortalecen la voluntad y regular la propia conducta.
  • Edúquelo en el esfuerzo y en la perseverancia. Permítale equivocarse, es decir, evite darle todo hecho. A través de la experiencia deberá aprender a resolver problemas, buscar alternativas de solución y asumir las consecuencias de sus actos.
  • Enséñele a manejar la frustración. Para aprender a manejarla, debe experimentarla de vez en cuando, esto se logra cuando no siempre logra lo que quiere. Un buen padre no es aquel que lo complace en todo, es aquel que le enseña a esforzarse y dar valor a las cosas.
  • No lo sobreproteja. Esto quiere decir que cuando existe una conducta inadecuada, debe tener una consecuencia lógica firme y consistente.
  • Permítale que se equivoque. Que experimente la equivocación como algo que debe suceder en varios momentos y que se puede mejorar a través del esfuerzo.
  • Fortalezca la capacidad de esperar lo que se desea y que aprenda que existe un “después”. Por ejemplo, si quiere ver la televisión una hora más decirle que lo hará mañana.
  • Enséñele a no interrumpir y a esperar el momento cuando los demás no estén hablando para participar en la conversación. Es importante ofrecerle al niño suficiente atención para que él no esté “hambriento de atención”.
  • Fortalezca su autoestima a través del autoconocimiento realista. Esto se logra enseñándole a reconocer sus habilidades y debilidades, a partir de este conocimiento, logrará promover la perseverancia en las tareas más complejas.
  • Desarrolle habilidades para la solución de problemas pensando antes de actuar.
  • Potencie sus habilidades sociales. Que comprenda la implicancia que tienen sus acciones en los demás. Uno de las habilidades centrales en el autocontrol son el desarrollo del respeto y empatía hacia las demás personas, especialmente con los amigos.

“Nada hay imposible; caminos hay que conducen a esto. Si poseyéramos voluntad suficiente, contaríamos siempre con suficientes medios”.
(François de La Rochefoucauld)

“No siempre puedo controlar lo que pasa afuera, pero siempre puedo controlar lo que pasa en mi interior”.
(Wayne W Dyer)

sábado, 15 de mayo de 2010

TALLER MANITOS CREATIVAS

¿Qué es la creatividad?

Originalidad, imaginación, resolución de problemas, son palabras que se vienen a nuestra mente cuando hablamos de creatividad, en otras palabras “es la capacidad que tienen las personas para ver desde diferentes ópticas las cosas y comprender el mundo desde una forma particular, esto constituye una forma para ser nosotros mismos y diferenciarnos de los demás”

¿Cómo se puede fomentar la creatividad en los niños?

Para fomentar la creatividad en los niños, es necesario que el adulto pueda crear espacios destinados a la curiosidad, a lo inesperado, al disfrute del proceso, el desarrollo de estilos propios, la expresión de sentimientos y sobre todo la tolerancia.

Esto se puede lograr a través de las actividades artísticas. Para los niños las tareas artísticas, iniciadas en los primeros años de vida, pueden representar la diferencia que hay entre individuos adaptados y felices en oposición a otros que, a pesar de cuanto han aprendido, seguirán careciendo de equilibrio y originalidad.

Tenemos que tener en cuenta además, que lo básico en toda actividad artística no es el producto logrado, sino el proceso, seguido de las motivaciones y expresiones que han acompañado al acto creador, lo que el niño dijo mientras pintaba, la mirada reflejada en su rostro, su lenguaje, la satisfacción.

¿Qué es Manitos Creativas?
Es un taller que fue creado hace 8 años aproximadamente en un Nido muy conocido, luego lo continue en mi consultorio psicológico y viene funcionando hasta el día de hoy con gran demanda porque es un taller super divertido que incentiva la capacidad creadora y artística del niño en un espacio donde puede fortalecer y mejorar aspectos de la psicomotricidad fina a través del juego, el arte, el cuerpo y el movimiento.
Actualmente es dirigido por una psicóloga especialista es desarrollo infantil y poseedora de notables capacidades artísticas.


¿Cuáles son los objetivos del Taller?

  • Divertirse.
  • Fomentar la creatividad en el niño.
  • Contribuir a la expresión de sentimientos a través de elementos plásticos.
  • Fortalecer el desarrollo tónico muscular.
  • Lograr una adecuada coordinación ojo-mano.
  • Desarrollar el control motor fino.
  • Lograr la correcta utilización de instrumentos gráficos básicos.

En el taller se hace uso del dibujo, la pintura, el collage, el amasado, el punzado, técnicas que constituyen procesos complejos donde el niño reúne diversos elementos de su experiencia para formar un todo con un nuevo significado.

El niño primero juega con los materiales, los toca, los mira, los huele, se relacionan con ellos, inventa cosas y luego se trabaja sobre la base de un proyecto que, al ser terminado será diferente en cada niño de acuerdo a sus gustos, sentimientos y habilidades.

Empleamos diversos estímulos que favorecen la percepción y la coordinación, utilizando el espacio, las formas, los colores, las texturas, las sensaciones cinestésicas y las experiencias visuales.

En Manitos Creativas no solo se busca desarrollar en el niño las habilidades artístico manuales, sino también, diversas formas de expresión, además de la tolerancia, el autocontrol, la atención, la concentración, la autoestima, la valoración del propio trabajo, y el respeto hacia los demás.


Informes: 445 5583 - 9961 79233 - nextel 819*9080.

Las clases de dictan en el distrito de Miraflores los días sábados de 10:00 am. a 11:30 m y los gurpos son distribuidos por edades.

jueves, 25 de febrero de 2010

El Fracaso Escolar y los Problemas de Aprendizaje

Empiezan las clases escolares y con esto también se inicia el dolor de cabeza de algunos padres y el estrés de sus hijos. Durante el año escolar, llegan a mi consulta muchos padres de familia preocupados y algunas veces decepcionados de sus hijos porque les va mal en el colegio, tienen bajas notas y ya no saben qué hacer; “no sé cómo hablarle”, “es flojo”, “está desmotivado”, “piensa en las musarañas”, “yo no era así cuando tenía su edad”, “no le gusta leer”, en fin, un sinnúmero de manifestaciones que preocupan profundamente a padres y maestros porque inciden en el rendimiento escolar y en las relaciones interpersonales de los niños.
Hay muchas razones para que un niño fracase en la escuela, pero entre las más comunes se encuentra los problemas del aprendizaje. Estos niños no son “tontos” ni “flojos”, por el contrario, tienen una inteligencia normal o superior al promedio, pero la diferencia está en que su cerebro procesa la información de manera diferente. Por lo tanto, necesitan una atención especializada que le ofrezca estrategias metodológicas para que pueda usar sus propios recursos cognitivos y emocionales para superar su dificultad con éxito.

Pero ¿qué es un problema de aprendizaje?
Es cuando una persona manifiesta dificultades aprendiendo y usando ciertas destrezas. Por ejemplo, puede presentar dificultades en la lectura, ortografía, matemática, al hablar, al prestar atención y en el cálculo. La dificultad específica en la lectura se denomina dislexia, en la escritura disgrafía y en la aritmética discalculia.
Estos problemas se pueden hacer evidentes desde los primeros años de la etapa escolar, aproximandamente a los 6 años, cuando se inicia en el aprendizaje de la lectura y el cálculo. Adicionalmente a estas dificultades, pueden manifestar una memoria disminuida, atención dispersa, escasa organización, dificultad para seguir instrucciones, impulsividad y problemas de comportamiento.

¿Cómo puedo saber si mi hijo presenta problemas de aprendizaje?
Muchas veces es el maestro quién le va a decir que su hijo necesita una evaluación especializada. Sin embargo, no es difícil darnos cuenta si nuestro niño está presentando dificultades. Aquí le damos algunos indicadores que puede observar:

  • Dificultad para entender y seguir tareas e instrucciones.
  • Dificultad para recordar lo que alguien le acaba de decir.
  • Dificultad para dominar las destrezas básicas de lectura, deletreo, escritura y/o matemática, por lo que fracasa en el trabajo escolar.
  • Dificultades en la lateralidad es decir, para distinguir entre la derecha y la izquierda, lo que se manifiesta cuando va a escribir o leer, por ejemplo puede escribir las letras, palabras o números al revés: 25 con el número 52, la "b" con la "d", y "sol" con "los".
  • Torpeza motora que se evidencia al caminar, hacer deportes o llevar a cabo actividades sencillas, tales como sujetar un lápiz o amarrarse los pasadores.
  • Pierde sus tareas o útiles escolares, se olvida la lonchera u otros objetos personales.
  • Dificultades para entender el concepto del tiempo, confundiendo el "ayer", con el "hoy" y/o "mañana".
  • Baja tolerancia a la frustración y labilidad emocional, es decir pasa de irritación a la excitación con facilidad.

Estas dificultades deben ser atendidas de manera temprana para que el niño adquiera destrezas para afrontar aprendizajes posteriores. Por lo tanto, el primer paso es una evaluación exhaustiva por un psicólogo, neurólogo o psiquiatra infantil experto que pueda analizar todos los diferentes factores que afectan al niño (cognitivo, social, emocional, etc.) para luego dar a los padres las recomendaciones necesarias; que puede ser una interconsulta con un neuropediatra, incluirlo en un colegio con pocos alumnos, terapia de aprendizaje, terapia familiar o inclusive medicación si es necesario.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo?
Lo principal es la comprensión y ayuda incondicional, seguido de las indicaciones que dan los especialistas y coordinarción constantemente con la escuela.
Dele un espacio en su vida al juego, recuerde que es a través de este medio que el niño aprende y se estimula. Del mismo modo, es de vital importancia que las reglas en casa sean claras, firmes y consistentes, sumando a esto una comunicación fluida entre padres e hijos.

Si su hijo presenta problemas en la lecto-escritura (dislexia) busque juegos para formar palabras, pupiletras, juegos orales, rimas, o que encuentre el error en una palabra mal escrita.
Si tiene problemas en el cálculo (discalculia), los juegos de construcción, los rompecabezas lo ayudaran bastante. Por otro lado, las actividades cotidianas pueden contribuir a su razonamiento y habilidad numérica, por ejemplo cocinen juntos y que vaya interiorizando los conceptos de cantidad, peso y medida, secuencia de pasos y seguimiento de instrucciones. Vayan de compra juntos y que compare precios, haga sumas, restas, etc. Si presenta dificultades al escribir (disgrafía), empezamos por ejercitar los dedos. Haga trabajos manuales con él, dónde experimente con texturas, masas, que trabaje con diversos elementos, cuentas, pinceles, tijeras, papeles, crayones, colores, etc., pero de una manera divertida.
Dele un espacio importante a las actividades deportivas, además de mejorar su coordinación, les enseña a seguir reglas, cataliza su conducta impulsiva, potencia el acto creador y les enseña a tener responsabilidades.
No olvidar reforzar constantemente su autoestima, ya que los problemas de aprendizaje puede traer consigo problemas en esta área, por eso para que tenga un desarrollo pleno no se olvide de reforzar constantemente sus logros y recordarle cuánto se le ama.

Cuando pones fe, esperanza y amor juntos, puedes criar niños positivos en un mundo negativo. Zenón de Elea

ESPECIALISTAS QUE TE PUEDEN AYUDAR
si deseas mayor información, escríbenos al blog
Diagnóstico
Neuropediatra: Dra. Patricia Campos Olazabal
Neuropiscóloga: Ps. Mariella Vega Swayne, Ps. Liliana Pando Fernández
Tratamiento
Problemas de aprendizaje: Psc. Melissa Murakami Shimabukuro, Psc. Gina Graham Fachin, Pc. Elisa Miranda Cuba, Psc. Karim Chavez Vilcachagua.
Problemas de conducta y emocionales: Psc. Delia Molinari Arroyo, Michelle Mulanovich Zegarra
Deportes: Sabonim Joao Takana. 5to Dan. Maestro Taekwondo

jueves, 21 de enero de 2010

Nuestros hijos y las Vacaciones

Ante todo mil disculpas a mis seguidores por haber tenido abandonado el blog, pero las fiestas nos atrapan a todos.
Llegó el mes de Enero, se acabaron las clases y llegaron las esperadas vacaciones; los chicos están en casa y no sabemos qué hacer para mantenerlos ocupados mientras estamos trabajando. Sin embargo, hoy en día existen un sinnúmero de actividades para escoger de acuerdo a sus gustos y nuestras posibilidades. Lo importante es participen de actividades constructivas donde puedan divertirse, recrearse y además desarrollar habilidades cognitivas, sociales y emocionales. Dependiendo de la edad que tengan, deberán estar bajo la supervisión de alguna figura de confianza de la casa y sobre todo, mantener la comunicación constante con los padres a pesar que ellos estén trabajando.
Las actividades las pueden realizar fuera de casa, esto de paso les ayudará a conocer diferentes contextos, nuevas personas, costumbres, además de adquirir mayor independencia y responsabilidad. Estas actividades pueden ser artísticas, deportivas, paseos, visitas a museos, excursiones o juegos al aire libre con los amigos.
Si nuestro hijo es un chico con mucha energía, lo ideal sería incluirlo en alguna práctica deportiva. Los beneficios que el deporte puede traer a los niños son innumerables. Cuando un deporte es practicado con regularidad, no solo contribuye al desarrollo físico, sino también mejora las funciones motoras y cognitivas, favorece a sus habilidades sociales, mejorando la autoestima, el autocontrol, la responsabilidad y la constancia. Dependiendo de su personalidad podríamos incluirlos en deportes grupales o individuales. Por ejemplo si es muy movido y le cuesta seguir reglas, las artes marciales le vendrían muy bien porque favorecerán en él además de las habilidades motoras, el autocontrol y una disciplina respetuosa. Por otro lado, no debemos olvidar que nuestro hijo es quien DEBE ELEGIR la práctica deportiva de su preferencia para que la disfrute al máximo, nosotros solo lo orientamos en funciones a sus aptitudes.
Por otro lado, si nuestro pequeño es un poquito tímido, incluirlo en actividades teatrales o de improvisación sería genial, porque esto favorecerá el desarrollo de su autoestima, aprenderá a conocer, manejar y expresar mejor sus emociones, desenvolverse en público, interesarse por la lectura, favorecer su socialización, estimular se creatividad e imaginación, entre otras capacidades.
No debemos dejar al lado los talleres artísticos. A través de la pintura, el collage, la música el niño puede expresar sus emociones y desarrolla su creatividad. Pero también diversas formas de expresión, además de la tolerancia, el autocontrol, la atención, la concentración, la autoestima, la valoración del propio trabajo, y el respeto hacia los demás.
Sería bueno no olvidar la lectura, y que ésta ocupe un lugar dentro de las vacaciones, de tal modo que los chicos no se desvinculen del todo de las tareas escolares. Ahora, el objetivo no es que lean un libro de historia, podemos ir con ellos a alguna librería y que escojan un libro de su agrado y que luego compartan con nosotros lo que descubrieron en la lectura.
Si se quedan en casa, sería bueno crear un rutina de actividades, donde se incluyan horas de juego y además darles la oprtunidad de ayudarnos en diversas actividades que favorezcan su autonomía y responsabilidad. Por ejemplo, podrían ayudarnos a tender su cama, ayudarnos con la mesa o cuando estamos cocinando. Limitando el uso del televisor y los videojuegos.
Otra alternativa maravillosa es ir a museos. Tenemos por ejemplo el MAC-Lima donde constantemente promueven actividades creadas para niños y sus familias muy divertidas y creativas que nos sacan de la rutina.
Y como están de vacaciones, no debemos olvidar incluir en nuestra programación, actividades familiares, como por ejemplo pasar un fin de semana o varios días juntos, ya sea en casa, en el parque, la playa o tal vez un paseo o un viaje corto, lo importante es pasar tiempo con ellos y disfrutar juntos un tiempo de calidad.

"La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras". (Jean Jacques Rousseau)
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