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Pero nos equivocamos. La madera no ocupa “el lugar” del muñeco, no es muñeco: es el niño del niño, y lo que el niño hace con el trozo de madera es mucho más de lo que nosotros, los adultos, entendemos por un juego. El niño al jugar con la madera lo considera un niño vivo al cual cuida. Sólo cuando comprendamos ésto podremos comprender al niño “que juega”, entenderlo, penetrar en su interior cuando derrame por su trozo de madera las más amargas lágrimas o cuando reciba de él los mayores gozos y más profundas penas. Si le quitamos al niño “su niño” y lo botamos a la basura nos quedaremos pasmados ante las reacciones del niño. ¡Hemos cometido un auténtico crimen, y nuestro niño se sentirá aterrorizado al ver de lo somos capaces y lo que puede esperar de nosotros!
A través de este pequeño ejemplo podemos darnos cuenta de la importancia del juego en la
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Durante la primera infancia, a través del juego se van a establecer relaciones de sumisión, de dominación, de aceptación, rechazo;mezclándose diversos sentimientos: deseos, dependencia, trasgresión, omnipotencia, impotencia, chantaje, entre otros.
Lo que se privilegia durante el juego no es lo racional, sino lo emocional lo afectivo, ligado a procesos de placer y el displacer. Esto favorece la manifestación de sentimientos: deseo, amor, odio, celos, etc., sentimientos que suelen estar ligados a recuerdos conscientes e inconscientes de la infancia, que han contribuido a estructurar nuestra personalidad.
Cuando nuestro hijo juega, debemos mirarlo y tratar de ponernos en su lugar, tratar de sentir; si en un momento dado me invita a su juego y siento que puedo participar de él sin imponer reglas, entonces puedo entrar. Al adulto le cuesta entrar de lleno al mundo de la fantasía, y participar del juego nos asusta y entonces ponemos límites.
Un buen ambiente tolera los impulsos agresivos. El niño juega y la agresión puede ser placentera, pero es inevitable para el niño enfrentar el daño real o imaginario contra alguien. Elegir el juego para hacerlo es una forma de controlar su agresión y si lo hace, está expresando entre otras cosas la confianza que tiene en nosotros y en el ambiente que le proporcionamos.
El juego es algo sumamente productivo y sano, pues evita que el niño pase largas horas viendo televisión, jugando en la computadora o con los juegos de video, lo que no tienen muchas ventajas, en todo caso, comparadas con el juego libre que contribuye a enriquecer su creatividad y pensamiento.
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Tenemos que arriesgarnos!!!! Si el garaje puede ser un día la galería de arte, o la tina la piscina de muñecos, o la tierra la masa de torta, ensuciemos y luego ordenemos. Todo esto tiene un sentido para la vida del niño. Entonces, la actitud del adulto debe basarse en el respeto incondicional hacia el juego del niño. Nuestra compañía no puede ser inhibidora ni prohibitiva. La fantasía es ilimitada, extensa, eso es un privilegio y si el niño quiere ser un elefante, una canoa, o un rey, nosotros aceptaremos su propuesta. Recordemos que eso viene de su mundo interno, es parte de sus tesoros emocionales y por lo tanto sus ocurrencias siempre serán válidas.
"Es en el juego y sólo en el juego que el niño o el adulto como individuos son capaces de ser creativos y de usar el total de su personalidad, y sólo al ser creativo el individuo se descubre a sí mismo"
D. Winnicott
HOLA MUY BUENA LA ORIENTACION YA QUE ES BUENO SABER COMO EDUACR Y ORIENTAR A LOS PEQUEÑOS .FELICITACIONES
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